La Iglesia Parroquial de Santa María del Alcor está asentada en uno de los puntos más altos de la población, en pleno casco histórico.
Pertenece al estilo mudéjar hispalense y podemos encuadrarla a finales del siglo XV o principios del XVI. Posiblemente esté asentado sobre los restos de un eremitorio franciscano y un morabito musulmán.
El edificio ha sufrido muchas vicisitudes a lo largo de la historia, como un incendio en el siglo XVII, terremoto de Lisboa en 1755, ampliación en el siglo XVIII, saqueo en la Guerra Civil…
El templo cuenta con una planta de tres naves (la central el doble que las laterales) separadas por pilares cruciformes, sobre los que descansan arcos de medio punto con alfiz, y cabecera poligonal coronada con una cúpula renacentista; La cubierta, por su parte, se resuelve mediante artesonado muy simple.
En el interior, a los pies, posee un coro bajo o sotocoro con una sillería rococó. En el presbiterio se alza el retablo mayor, recientemente restaurado, de estilo neoclásico, con tres calles con dos cuerpos cada una, sobre un enorme banco y coronado por una cornisa, presidido por la imagen de la Patrona de la villa, Santa María del Alcor Coronada, y el Lignum Crucis superior; a los lados del retablo destacan dos enormes lienzos con pinturas del siglo XVII de influencia veneciana, que representan a Santa Catalina y a San Francisco de Asís recibiendo los estigmas. En el lado del evangelio destacan la Capilla del Cristo del Amor, la parte más antigua del templo, un retablo renacentista (presidido por San Judas Tadeo ), la Sacristía, con una cajonería en madera tallada de principios del siglo XVIII, y la Capilla Sacramental, con un retablo neoclásico presidido por la imagen de la Virgen de los Dolores . En el lado de la epístola, aparecen el retablo renacentista de San José, la Capilla que alberga en hornacinas las imágenes de Nuestro Padre Jesús Cautivo y la Virgen de la Amargura, una Capilla con el Corazón de Jesús en un retablo neobarroco y un retablo neoclásico que está presidido por la imagen de la Virgen del Carmen.
En el exterior presenta perfiles rectos y escalonados con gran sobriedad, cubierta caída a dos aguas en la nave central y un agua en las laterales, la bóveda semiesférica del presbiterio se cubre con cimborrio, y el campanario es propio de los de la segunda mitad del siglo XVIII de la zona, con dos pilastras a cada lado de los vanos de las campanas. La torre con el campanario está coronada por la bella veleta de San Miguel Arcángel.
